22 de julio de 2010

El legítimo derecho de Colombia a denunciar

A la actitud farsante y maquiavélica de Hugo Chávez no queda otras respuesta más que la firmeza. Colombia ya toleró demasiado.

Colombia sufre desde hace años el flagelo de la guerrilla, de un supuesto ejército pseudo-revolucionario que se quedó en el tiempo tras la consolidación de la democracia y se escudó en el pasado para legitimar su red de narcotráfico, terrorismo y delincuencia.

Gracias a la eficiente gestión del Presidente saliente Alvaro Uribe, bajo el lema “Seguridad Democrática” se opusieron numerosos golpes bajos a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el ELN (Ejército de Liberación Nacional), que venían imponiendo su terrorismo y manipulando a los gobiernos anteriores al actual.

Afortunadamente, fue electo como nuevo Presidente el ex Ministro de Defensa de Uribe, Juan Manuel Santos, que continuará con esta política dura al terrorismo.

Mas la verdad es que el peligro de Colombia en su lucha contra las FARC más que dentro del país, lo encuentra fuera del mismo: en su vecino Venezuela, a través de la nefasta y peligrosa gestión del mandatario pseudo-democrático Hugo Chávez. Demás sería entrar en detalles acerca de sus políticas totalitarias.

Chávez, a lo largo de estos años, demostró su simpatía hacia la guerrilla. En su discurso ante la Asamblea al inaugurar su último mandato, dijo explícitamente que las FARC y el ELN no eran terroristas, sino “Auténticos Ejércitos”, criterio compartido por el ecuatoriano Rafael Correa. Por supuesto, para Chávez no contaban los secuestros, atentados, toma de rehenes que este grupo guerrillero hacía padecer a una sociedad civil que hace mucho tiempo había optado por la democracia y la paz.



Asimismo, Chávez trataba públicamente a Manuel Marulanda como amigo y a las FARC como fuerzas bolivarianas y cuando se disfrazó de mediador, pasó por alto todas los protocolos diplomáticos.

Luego, el Gobierno de Colombia dijo “BASTA” y comenzó a denunciar con hechos concretos el apoyo de Chávez a las FARC en el territorio fronterizo que comparten.

Las respuestas de Chávez inmediatamente fueron el congelamiento relaciones diplomáticas, bloqueos fronterizos, trabas comerciales, agresiones personales (muy a su estilo). Nunca se esforzó por desmentir los hechos. Nunca colaboró con la pacificación de Colombia. Nunca condenó el terrorismo de la guerrilla.

Finalmente, Colombia en la tarde de hoy denunció ante la OEA, en Washington, hechos concretos que demuestran la cooperación que Chávez brinda a las FARC en territorio venezolano. Con pruebas de imágenes y datos satelitales, el Embajador colombiano ante este organismo regional, Luis Alberto Hoyos, expuso ante la luz lo que Venezuela hace en lo secreto.

La reacción de Chávez fue romper formalmente las relaciones con Colombia.

Pero... ¿Por qué se siente tan ofendido el señor feudal de Venezuela cuando que él tanto admira y reconoce a las FARC, como lo dijo en público?

Se sabe que Chávez no tratará de demostrar su inocencia ante la OEA, pues considera que este organismo responde al “imperio pitiyanqui”, según él, a pesar de que todos los países de la región están representados paritariamente como en cualquier foro regional.

No obstante, es evidente que estos hechos denunciados son ciertos y los nervios de Chávez responden al peligro de dañar aún más su imagen internacional, especialmente ante aquellos países que considera aliados a su “Socialismo del siglo XXI”. Es normal que Chávez responda con improperios cuando es criticado o cuestionado, como “buen líder democrático y republicano” que es.


Mientras tanto, Colombia sigue en su lucha y rodeada de países que, en lugar de sumas esfuerzos, colaboran con este mal. Y ya no es tiempo de callar y guardar apariencias falsas.

Afortunadamente, Paraguay sigue vetando el ingreso de esta Venezuela chavista al Mercosur.
Otro mal más... no gracias!



P. S.: No tengo nada contra el pueblo venezolano. Hablo de Venezuela como Gobierno bajo el liderazo de Hugo Chávez.

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