26 de julio de 2010

¿Dónde quedó la leche derramada?

En un acto organizado por los movimientos de izquierda, el Presidente Fernando Lugo sentenció: "El 20 de abril del 2008 el pueblo se pronunció diciéndole no a los partidos tradicionales, son partidos del pasado y hoy están llorando sobre la leche derramada".

Sin embargo, luego de las vibrantes internas que los “partidos tradicionales”, entiéndase, el Colorado y el Liberal, tuvieron el 18 y 25 de julio pasados respectivamente, la afirmación del mandatario parece más que fuera de lugar.

A lo largo y ancho de todo el Paraguay, los colorados y liberales acudieron masivamente a elegir a sus candidatos para las elecciones municipales de noviembre próximo y, en el caso de los liberales, a renovar sus autoridades partidarias.

La transparencia y la fuerza con la que estos comicios se desarrollaron merecen el calificativo de fiesta cívica, expresión que acostumbra utilizarse para referir a elecciones limpias y entusiastas.

Dentro del Partido Colorado, prevalecieron los liderazgos regionales de cada localidad y los grandes movimientos nacionales no pisaron con fuerza, como muchos esperaban. En un día de bajísima temperatura y muchísima lluvia, los colorados de todo el país acudieron a las urnas a emitir su voto.

Si bien la participación alcanzó el 30% aproximadamente, hay factores que permiten mirar esa cifra con optimismo: inclemencia del tiempo (en un país no acostumbrado al frío) y llanura política.

Los triunfos más contundentes de esta interna fueron el del Diputado Arnaldo Samaniego, en Capital, con un 58% de votos, y el de la re-electa Intedenta Sandra McLeod, en Ciudad del Este, esposa del vicelíder de Vanguardia Colorada, Javier Zacarías Irún, con un 77% de votos.


En todo el país, los colorados eligieron a sus representantes sin que se observase tumulto alguno, pero sí un alto entusiasmo por el retorno de la A.N.R. al poder.

Asimismo, el Partido Liberal Radical Auténtico celebró sus primeras internas formando parte de un Gobierno Nacional, luego de más de setenta años. Las condiciones climáticas fueron más favorables y obtuvieron un interesante índice de participación de sus afiliados.

La relevancia política de estas internas para los azules sí que era crucial. Se enfrentaron democráticamente dos movimientos luguistas (antagónicos entre sí) con la oposición a Lugo, liderada desde el PLRA por el Vicepresidente de la República Federico Franco.

La voz de los liberales fue clara, en cuanto a ratificar su apoyo al Gobierno, a través de la elección del Senador Blas Llano como Presidente del Partido y a sus candidatos en la mayor parte del país, con nítida diferencia de votos.


Las calles de los municipios, en general, quedaron saturadas de calcomanías y carteles – hecho que no celebro – y la euforia volvió al seno de las carpas coloradas y azules, en el contexto de estas democráticas internas, las primeras desde el triunfo del ex obispo y su asunción al poder.

Al ver estos hechos, cabría preguntarle a Lugo: ¿Dónde quedó la leche derramada de la que hablaba?

La frase suya que citamos, despreciando a los partidos tradicionales, incluía al Liberal, a pesar de haberlo llevado al poder sin que nunca lo haya reconocido con precisión.

Más bien, ante una izquierda salpicada de escándalos que no está demostrando un fortalecimiento político – electoral, en estas elecciones internas contemplamos el rebrotar del bipartidismo en Paraguay, aunque la consolidación o declive de este fenómeno lo confirmaremos en las municipales de noviembre.

Aparentemente, no hay leche derramada sino que sigue en la jarra y bien caliente, Señor Presidente.
No es parte del pasado, sino que, muy posiblemente, la leche que te toca beber.

El bipartidismo resurge y con más fuerza que antes.

22 de julio de 2010

El legítimo derecho de Colombia a denunciar

A la actitud farsante y maquiavélica de Hugo Chávez no queda otras respuesta más que la firmeza. Colombia ya toleró demasiado.

Colombia sufre desde hace años el flagelo de la guerrilla, de un supuesto ejército pseudo-revolucionario que se quedó en el tiempo tras la consolidación de la democracia y se escudó en el pasado para legitimar su red de narcotráfico, terrorismo y delincuencia.

Gracias a la eficiente gestión del Presidente saliente Alvaro Uribe, bajo el lema “Seguridad Democrática” se opusieron numerosos golpes bajos a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el ELN (Ejército de Liberación Nacional), que venían imponiendo su terrorismo y manipulando a los gobiernos anteriores al actual.

Afortunadamente, fue electo como nuevo Presidente el ex Ministro de Defensa de Uribe, Juan Manuel Santos, que continuará con esta política dura al terrorismo.

Mas la verdad es que el peligro de Colombia en su lucha contra las FARC más que dentro del país, lo encuentra fuera del mismo: en su vecino Venezuela, a través de la nefasta y peligrosa gestión del mandatario pseudo-democrático Hugo Chávez. Demás sería entrar en detalles acerca de sus políticas totalitarias.

Chávez, a lo largo de estos años, demostró su simpatía hacia la guerrilla. En su discurso ante la Asamblea al inaugurar su último mandato, dijo explícitamente que las FARC y el ELN no eran terroristas, sino “Auténticos Ejércitos”, criterio compartido por el ecuatoriano Rafael Correa. Por supuesto, para Chávez no contaban los secuestros, atentados, toma de rehenes que este grupo guerrillero hacía padecer a una sociedad civil que hace mucho tiempo había optado por la democracia y la paz.



Asimismo, Chávez trataba públicamente a Manuel Marulanda como amigo y a las FARC como fuerzas bolivarianas y cuando se disfrazó de mediador, pasó por alto todas los protocolos diplomáticos.

Luego, el Gobierno de Colombia dijo “BASTA” y comenzó a denunciar con hechos concretos el apoyo de Chávez a las FARC en el territorio fronterizo que comparten.

Las respuestas de Chávez inmediatamente fueron el congelamiento relaciones diplomáticas, bloqueos fronterizos, trabas comerciales, agresiones personales (muy a su estilo). Nunca se esforzó por desmentir los hechos. Nunca colaboró con la pacificación de Colombia. Nunca condenó el terrorismo de la guerrilla.

Finalmente, Colombia en la tarde de hoy denunció ante la OEA, en Washington, hechos concretos que demuestran la cooperación que Chávez brinda a las FARC en territorio venezolano. Con pruebas de imágenes y datos satelitales, el Embajador colombiano ante este organismo regional, Luis Alberto Hoyos, expuso ante la luz lo que Venezuela hace en lo secreto.

La reacción de Chávez fue romper formalmente las relaciones con Colombia.

Pero... ¿Por qué se siente tan ofendido el señor feudal de Venezuela cuando que él tanto admira y reconoce a las FARC, como lo dijo en público?

Se sabe que Chávez no tratará de demostrar su inocencia ante la OEA, pues considera que este organismo responde al “imperio pitiyanqui”, según él, a pesar de que todos los países de la región están representados paritariamente como en cualquier foro regional.

No obstante, es evidente que estos hechos denunciados son ciertos y los nervios de Chávez responden al peligro de dañar aún más su imagen internacional, especialmente ante aquellos países que considera aliados a su “Socialismo del siglo XXI”. Es normal que Chávez responda con improperios cuando es criticado o cuestionado, como “buen líder democrático y republicano” que es.


Mientras tanto, Colombia sigue en su lucha y rodeada de países que, en lugar de sumas esfuerzos, colaboran con este mal. Y ya no es tiempo de callar y guardar apariencias falsas.

Afortunadamente, Paraguay sigue vetando el ingreso de esta Venezuela chavista al Mercosur.
Otro mal más... no gracias!



P. S.: No tengo nada contra el pueblo venezolano. Hablo de Venezuela como Gobierno bajo el liderazo de Hugo Chávez.

20 de julio de 2010

Una palabra llamada coherencia... o falsas intenciones debajo de la manga

El diario Clarín, en su versión online, publicó unas expresiones vertidas por la presidenta argentina Cristina Kirchner en su reciente viaje a China. A más de uno, éstas nos dejaron atónitos.

Despidiéndose de China, donde realizó una visita oficial, dijo que los habitantes de este país "han tenido la suerte que nosotros no, de la perseverancia en el tiempo de un mismo proyecto político-económico"










Al leer estas afirmaciones, me pregunté si quien las dijo es la misma persona que yo conocía a través de los medios de prensa. Me cuestioné si la Cristina en China era la misma Cristina que había dicho en una ocasión que "el respeto a los Derechos Humanos es una política de Estado"

¿Cómo podría, de otra manera entenderse que Cristina haya elogiado con semejante expresión entonces a un régimen que se caracteriza por la violación sistemática de los Derechos Humanos?

En cuanto a Derechos Humanos, China tiene saldo rojo. Es objeto de constantes denuncias por parte de organismos internacionales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch.

Todos los informes que éstas brindan, resaltan su preocupación acerca del casi nulo avance en materia de violaciones a la libertad de expresión, arrestos sin denuncias, torturas, intimidaciones, intromisiones del Gobierno en la intimidad de las personas, sistema de partido único que no permite el disenso político, etc.
Para el efecto, basta leer uno de los tantos informes que estos organismos hacen circular en Internet.

Por otro lado, desde que los Kirchner llegaron al poder en 2003, se autoproclamaron defensores de estos Derechos Humanos. Promovieron la reactivación de juicios contra represores de la última dictadura militar (1976-1982) por crímenes de lesa humanidad. Se manifestaron públicamente en actos y conferencias repudiando las violaciones de estos derechos y predicando su vigencia irrestrica como política de Estado, según mencionamos. Es más, reprocharon a mandatarios y diplomáticos extranjeros a causa de esto (claro, ninguno provenía de un PAI$ con tantos INTERE$E$).

Si Cristina hubiese elogiado tan solo el proyecto económico de China, vaya y pase. Más allá de las restricciones a la libertad individual, no se puede negar que hoy China está consolidada como una potencia económica y comercial a nivel internacional.

Pero al hablar de la continuidad de un mismo proyecto, Cristina incluyó lo político y lo económico. Es más, alegó que el peronismo y el maoísmo tienen semejanzas de origen.

¿Será que al decirlo, Cristina Kirchner no recordó a las miles y miles de víctimas que fueron torturadas y ejecutadas por la tiranía de Mao Tse Tung y los demás gobiernos comunistas que le sucedieron?

¿Será que no encuentra similitud entre lo que vivió el pueblo chino durante los últimos cincuenta años y aquellos crímenes tan horrorosos de la dictadura militar argentina (1976-1982) que tanto Cristina condena?

¿O acaso su "defensa de Derechos Humanos como política de Estado" es una gran farsa?

Desde el lado en que se lo mire, no hay manera de conciliar los elogios que brindó Cristina al modelo político y económico de China, con su supuesta defensa de la democracia y los derechos humanos.



Pinochet, Videla, Castro y Mao Tse Tung. La vara justiciera de Cristina distingue entre genocidas de izquierda y de derecha.


En China no hay democracia y no se respetan los derechos humanos. Allí existe un gobierno totalitario y dictatorial, que no se sustenta en el reconocimiento de la dignidad humana.

Pero claro, es de izquierda y entonces Cristina calla. Lo mismo que con Fidel Castro. Mientras que Videla, Pinochet y otros que incurrieron en las mismas violaciones y provienen de la derecha, por ese solo hecho, se vuelven objeto del monopolio de sus críticas y condenas.
¿Dónde está la coherencia?

Al Cristina elogiar que los chinos hayan tenido la "suerte" de tener la perseverancia de ese proyecto (torturas, arrestos indebidos, ejecuciones ilegales, persecusión política) a lo largo del tiempo, a diferencia de Argentina y Sudamérica (afortunadamente)... nos preguntamos...

¿CUÁL ENTONCES ES SU VERDADERO PROYECTO POLÍTICO?


O esto se trata de incoherencia, o estamos ante falsas intenciones debajo de la manga que, al MAL MENTIROSO, siempre se le escapan.




P.S.: Le transmití estos cuestionamientos al canciller argentino Héctor Timerman, vía Twitter, y a pesar de haber respondido casi todos los tweets posteriores, se abstuvo de hacerlo conmigo. ¿No tendrá nada que decir? ¿O se le cae la cara de vergüenza y tiene que callar por "obediencia debida"?

16 de julio de 2010

La injusta igualación de lo desigual

Ya Aristóteles opinaba que es injusto tratar como igual aquello que no lo es. Y varios valientes senadores argentinos que votaron en contra del matrimonio homosexual se adhirieron a este pensamiento, frente a la avasalladora masa de abanderados del relativismo y su dictadura, que finalmente se impuso por exigua mayoría.

En la madrugada del 15 de julio pasado, Argentina se convirtió en el primer país de Latinoamérica en aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo a nivel nacional. Este acontecimiento estuvo rodeado de muchos escándalos, choques políticos, declaraciones polémicas a nivel religioso, multitudinarias marchas tanto a favor como en contra del proyecto.

El hecho merece una profunda reflexión. Sus defensores celebran el supuesto triunfo de la igualdad por sobre la discriminación, bajo el lema de “los mismos derechos con los mismos nombres”. Sus detractores, entre los que me incluyo, decimos que por esencia, naturaleza y tradición, el matrimonio no puede referirse más que a la unión hombre-mujer.

Bajo el argumento de la no discriminación, se está imponiendo la moda de pretender reconocer “derechos para todos”, cuando que estamos ante dos situaciones absolutamente distintas. La unión hombre-mujer es la condición sine quae non de supervivencia de la especie humana. Es la única que permite la reproducción, pues en la mayoría de los casos, esta relación es potencialmente fértil. Claro, no en todos (ancianos, infértiles, etc.), pero la excepción no hace a la regla.

La existencia del matrimonio como figura legal obedece, por tanto, a razones de orden público. Responde al motivo de un reconocimiento legal de lo que en la naturaleza se halla establecido. Brinda protección a la familia, que de otro modo natural, no podría existir, y otorga beneficios patrimoniales como consecuencia (sociedad conyugal, beneficios sociales, laborales, vocación hereditaria, etc.)

Admitir que sólo esto y nada más que esto es matrimonio no significa cerrar los ojos ante la realidad de un gran colectivo (por sobre todo, en países como Argentina) de personas que adoptaron la homosexualidad. No le estoy negando derechos ni discriminando, ni argumentando el matrimonio en base a una orientación.

Creo en la igualdad de derechos para todas las personas y que nadie puede ser privado de ellos por ninguna razón. Simplemente, explico lo que – segúna una convicción racional – son los caracteres esenciales de una institución, que trasciende lo jurídico y político. Llamar dos cosas diferentes con nombres diferentes no es discriminar.

Para suplir esta situación fáctica – la existencia de parejas homosexuales que conviven – se previó otro instituto jurídico, cual es la unión civil. A través de ella, se garantiza la cobertura de los beneficios sociales y patrimoniales ya mencionados, de modo a que ellas se hallen provistas de la protección legal que reclaman.

Sin embargo, a pesar de haberse presentado un proyecto alternativo con esta figura, por medio de maniobras políticas su tratamiento legislativo fue bloqueado y se impuso en la agenda el tratamiento del matrimonio homosexual, el cual finalmente prosperó. Ellos consideran que el mantener dos instituciones similares acentúa la discriminación.

Incorporar bajo el concepto del matrimonio a aquellas parejas estables de personas del mismo sexo es derribar la esencia sagrada y natural del mismo. Es forzar que algo que NO ES, sea. Es socavar un fundamento de la sociedad. Es querer igualar lo que es distinto, diferente, desigual.

La ley del matrimonio homosexual comete esa injusticia, en contra la mayoría en el colectivo social. Llama de la misma manera a dos situaciones que, de ninguna manera, lo son. Que no son iguales ni pueden serlo. Con ello, además, nos impone a todos un pensamiento que no queremos tener.

Y lo peor de todo... condena a los niños que en el futuro se adopten a crecer bajo una paradigma social de familia opuesto al que la naturaleza dispuso, bajo una concepción de la sexualidad contraria a aquella que los hizo concebir.

Es una degradación moral de la sociedad.


"NO SE PUEDE IGUALAR AQUELLO QUE NO ES IGUAL"