2 de junio de 2010

¿La faceta "dialoguista" de Lugo?

Sería algo contradictorio criticar la falta de iniciativa de diálogo por parte de Lugo con los representantes de los principales partidos políticos del Paraguay con representación parlamentaria y, a la par, descreer de sus buenas intenciones cuando lo intenta, como ocurre desde la semana pasada, con su visita al Partido Colorado y esta semana, al UNACE, dos de los bloques más opositores a su Gobierno.

Sin embargo, opto por el beneficio de la duda, al entender que la iniciativa de diálogo no parte precisamente de una vocación democrática y búsqueda de consensos, sino por una exigencia impuesta por la necesidad de gobernabilidad que, de acuerdo a la Constitución de 1992 que nos rige, no se puede lograr sin el apoyo del Congreso.

Los congresistas dieron en los últimos meses claras señales de alarma a Lugo sobre la distancia y el desprecio que éste demostraba hacia ellos.

Lugo no puede negar que lo hizo.
Aunque no haya usado el vocablo "conspiración", como dijo a los periodistas, es verdad que acusó de ello a Lino Oviedo, del partido UNACE, y a Nicanor Duarte Frutos, ex presidente colorado.

Es verdad que en el lanzamiento de la alianza de los sectores de izquierda con miras a lss elecciones municipales, año 2009, dijo ante esa audiencia, que los partidos políticos lloraban la lecha derramada, tras la derrota del coloradismo el 20 de abril de 2008, sin especificar a qué partidos se refería y cuáles excluía.

Es verdad que dirigentes de izquierda CERCANOS a su Gobierno instaron en el acto de lanzamiento del Frente Guasu, con presencia de Lugo, a barrer con el Parlamento y colgar en la plaza pública a senadores como Jaeggli y Galaverna.

Es verdad que Lugo simpatiza con el nuevo régimen totalitario de Sudamérica, la Venezuela bajo el mando chavista, donde se cercenan las libertades políticas y se perseguen a dirigentes opositores, bajo una hegemonía absoluta de Hugo Chávez.

Por estos motivos, no se puede observar con demasiada imparcialidad e ingenuidad un llamativo y sorpresivo acercamiento del titular del Ejecutivo, acompañado de López Perito y Lilian Soto, a los partidos políticos, con la supuesta máscara de presentar un proyecto de reestructuración del Poder Ejecutivo, cuya veracidad no pongo en tela de duda.

¿Cómo se puede entender que quien dijo que los partidos políticos "lloran por la lecha derramada", se refirió a sus líderes como retrógrados y retardatarios, y haya despreciado la legitimidad de la "democracia representativa" hoy proclame que los partidos son "el baluarte de la democracia"?

Lugo sabe que necesita del apoyo parlamentario para decisiones trascendentes que no pueden seguir esperando: las vacancias en la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Superior de Justicia Electoral, las embajadas en los países del MERCOSUR, el nombramiento de Contralor General de la República y Fiscal General del Estado, próximamente, además de sus propuestas impositivas y los proyectos que necesita aprobar para llevar adelante su gestión.

Los hechos anteriores hacen dudar de la sinceridad de Lugo. En aquellas ocasiones, las palabras vertidas fueron expresión espontánea de sus íntimos pensamientos. Se sabe.
Y una reunión en el local del Partido Colorado o de UNACE no borran esos sucesos.

La oposición deberá tomar con cautela, "con pinza", este acercamiento del Ejecutivo y entablar una mesa de diálogo a fin de dar impulso a las necesidades básicas que Lugo tenga para su gestión, como ser las vacancias mencionadas, pero no debe "pecar de ingenua" al confiar demasiado en el "diálogo", pues podríamos en tal caso recordar la historia del lobo que se disfrazó de Caperucita y terminó comiendo a la abuela.

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