5 de junio de 2010

El desbloqueo de las "listas sábana" en Paraguay

El sistema electoral que nos rige en Paraguay requiere de formas que consoliden y fortalezcan la democracia. Reformas a nivel constitucional y legal.

El tema se encuentra en la "picota" actualmente, debido al estudio y próximo tratamiento en el Senado de los proyectos de ley presentados desde diversos sectores políticos a fin de desbloquear las llamadas "listas sábanas", que se utilizan para los cargos colegiados.

Para iniciar, partamos por entender cuál es el sistema electoral que nos rige, de acuerdo a la Constitución Nacional de 1992.

Al Presidente y Vicepresidente de la República se los elige en una fórmula conjunta por mayoría simple de votos (no se requiere que sea mayor al 50% de votos). A los Gobernadores departamentales e Intendentes municipales se los elige por vía unipersonal y resulta electo también el candidato que alcance mayoría simple de votos.

En cuanto a los cargos colegiados, se elige a través del sistema de "lista sábana", es decir, cerrada o bloqueada. Esto afecta a los senadores, diputados y concejales.

¿Qué significa esto?
Los partidos o movimientos políticos inscriben una lista con candidatos para cubrir la totalidad de los cargos a elegir. Por ejemplo, si el Senado se compone de 45 miembros, cada partido o movimiento presenta una lista de 45 candidatos ordenados de acuerdo a un determinado orden, que se seguirá para ir asignando los candidatos que sean electos, de acuerdo a la cantidad de votos que obtuvo la lista de candidatos. A mayor cantidad de votos, mayores candidatos de dicha lista resultarán electos, de acuerdo al orden en que se encuentran en la misma. Para determinar la cantidad de bancas que corresponderá a una lista (partido o movimiento), en Paraguay se utiliza el sistema proporcional D'Hondt, acerca del cual no voy a entrar en detalles ahora.

Esto implica que el votante solo puede elegir una lista de candidatos por la cual votar, sin poder elegir a qué senador votar individualmente.
De forma total, este sistema no se puede modificar, salvo que se reforme la Constitución Nacional.

Como paliativo a esta situación, se pretende desbloquear las listas cerradas, a fin de darle un mayor espectro de elección al votante.
El Senado tiene en sus manos tres propuestas de modificación al respecto actualmente: el proyecto Estigarribia, el proyecto Patria Querida y el proyecto Ovelar-Velázquez que, con algunos detalles de diferencia, apuntan al mismo fin.

Las propuestas buscan que, dentro de la lista cerrada que presentan los partidos o movimientos, el elector pueda modificar el orden de los candidatos en las mismas. Es decir, si el candidato de mi preferencia en una lista se encuentra en el puesto Nº 20, por tanto, con poquísimas chances de ingresar, pueda acceder por el voto popular al lugar Nº 1 de la lista.

Luego, al momento del conteo, de acuerdo a la cantidad de voto que haya tenido dicho candidato en esa lista, su posición en la misma va subiendo de número, con mayores chances de ingresar.

Esta reforma es más que necesaria. Todos sabemos que en muchas de las listas, o aquellas en las cuales votamos, siempre tenemos un candidato al cual nos interesa más elegir que otros, o más bien, hay algunos a los cuales no quisiéramos votar.

Las campañas electorales muchas veces se basan en la figura del candidato con menor chance de ser electo, cuya imagen es utilizada en volantes y afiches. Y, a la hora de la verdad, el votante nada puede para que dicho candidato ingrese, salvo movilizar una "gran masa de gente" para que dicha lista obtenga un arrasador resultado. Claro, pero para este fin tiene que "tragarse" una larga lista de candidatos desagradables.

Con el desbloqueo de las listas cerradas, si bien no se solucionará todo el problema de raíz, se cooperará con el mejoramiento de nuestro régimen electoral, pues el votante tendrá derecho a elegir al candidato de su preferencia DENTRO de una lista y aquel podrá ascender su posición en la misma y, en caso de obtener muchos votos, ser electo.

La solución final y real se lograría con una reforma aún mayor, que solo puede hacerse a nivel Constitución.

No se puede elegir a los 45 miembros de una Cámara del Congreso como es el Senado, en única vez y con una lista nacional.
Nunca podría el elector así tener conciencia de quiénes son todos los candidatos que integran su lista y votar a conciencia.
Quienes finalmente ejercen el rol legislativo son los parlamentarios electos, no los partidos o las listas. No descalifico el rol de los partidos al hacer esta afirmación, sino expresar una realidad.

Ayudaría bastante que las elecciones legislativas impliquen solo una renovación parcial del cuerpo de las Cámaras, como ocurre en la mayoría de los países.

Con las elecciones presidenciales, debería renovarse la mitad del Congreso y, a mitad del mandato presidencial, la otra mitad del Congreso.

Esto serviría para mejorar la situación de las "listas sábana", pues la cantidad de cargos a disputar sería menor, así como se utilizaría como un termómetro político de la gestión del Presidente de la República.

Vale aclarar que la situación más agravada de las listas sábana se da con la elección para los miembros de la Cámara de Senadores, pues 45 BANCAS se disputan en una ÚNICA ELECCIÓN, dándose solamente la oportunidad de elegir a una LISTA DE 45 CANDIDATOS enumerados en un orden predefinido, sin posibilidad de darle prioridad al candidato de preferencia.

La elección de diputados no sufre una situación tan similar, puesto que como se elige representantes por departamentos, los cargos a disputar son más escasos y, por ende, los candidatos también. El elector vota más por los candidatos que por la lista, en dicho caso.

Esperamos con ansias que el Congreso Nacional tenga la valentía de dar este paso al frente en beneficio del fortalecimiento de la democracia paraguaya y así tengamos un sistema de votación más justo y representativo.

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