3 de junio de 2010

El Kirchner internacional

¡Quién lo hubiera dicho!
El bravucón mandamás de la política argentina, Néstor Carlos Kirchner, ungido como referente de la diplomacia sudamericana al ser electo Secretario General de la UNASUR, organismo sin existencia jurídica real por no haber sido aprobada por los Congresos de todos sus países miembros.

Parecía un chiste o un gran show montado escucharle a Kirchner hablando como un diplomático buscador de consensos. O al menos, parecía otra persona de la que conocemos a través de sus confrontativas y polarizadas declaraciones.

Kirchner visitó Paraguay el día de ayer para reunirse con Lugo y parlamentarios paraguayos, con el fin de avanzar hacia la aprobación del Tratado constitutivo de UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas).

Se reunió con Lugo y fiel a su estilo "amigable" con la prensa, huyó de la Conferencia de Prensa en el Palacio de López, que había sido anunciada. Sin embargo, brindó declaraciones a la prensa al salir de la reunión que mantuvo en el Congreso con legisladores y el Vicepresidente de la República, Federico Franco.

A pesar de haber sido muy criticado y cuestionado con relación a su cargo, el rol de UNASUR y la influencia de Hugo Chávez en el organismo, Kirchner dijo que la reunión había sido "absolutamente positiva".

Cabe señalar que los legisladores criticaron la injerencia de Chávez en asuntos internos de los países, la carrera armamentista de los países del bloque y el rol de UNASUR como organismo alineado a dichos fines.

No sé si el Kirchner internacional tomó una aspirina o qué ocurrió, pero su serenidad y espíritu conciliador no son propios del Kirchner argentino, acostumbrados a frases que desatan la crispación.

Son más comunes en la boca de este personaje de la política argentina ahora, regional, frases como "la máquina de impedir", "la ultraderecha", "el monopolio Clarín", "partido judicial" y otras similares, para referirse a quienes son opositores y críticos al Gobierno de su esposa, Cristina Fernández.

También resultó llamativa la referencia que hizo a que oficialismo y oposición son normales en los países y la importancia de la búsqueda de los consensos para el progreso de la región.

Me pregunto: ... ¿acaso esa es la realidad que vive Argentina bajo el liderazgo político de él y su esposa?

¿Acaso Kirchner respeta a la oposición? Si cuando tuvo mayoría parlamentaria, se encargó de "ningunearla", como dicen los argentinos... y cuando la perdió, como ahora, se encarga de defenestrarla y descalificarla constantemente.

¿Qué antecedentes de diplomacia y conciliación tiene Kirchner para venir a pretender dar cátedras a los pueblos y pretender una unidad sudamericana basada en el "consenso", cuando su liderazgo político lo que menos tiene es consenso sino autoritarismo?

En síntesis, fue bastante simpático escuchar palabras tan conciliadoras de alguien como Kirchner, las cuales, para quienes conocemos su estilo, serían aptas para una ronda de chistes, o para creer que proviene de una persona distinta.

Este será, tal vez, el Kirchner internacional. Otra persona.