25 de septiembre de 2008

Conciliación de ideologías en la Alianza

La Alianza Patriótica para el Cambio, sostén político del Gobierno de Fernando Lugo, presenta una situación bastante "sui generis" con relación a la situación política de los demás países latinoamericanos. Se trata de una coalición de partidos y movimientos tanto de derecha como de izquierda, e incluso, con posturas bastantes polarizadas y radicalizadas. Para garantizar el éxito en la gobernabilidad, se requerirá de la habilidad y astucia de Lugo a la hora de conciliar posturas ideológicas tan encontradas.
Entre los ejemplos más extremos de este caso, podemos mencionar al Senador Alfredo Jaeggli, de la corriente más liberal del Partido Liberal, y al Secretario de Emergencia Nacional, Camilo Soares, del ala más radical del socialismo paraguayo. Con el polémico caso del Rally. hirvieron las aguas y salió a evidente luz este problema.Jaeggli, inclaudicable defensor de la libertad individual, fue uno de los principales defensores de la realización del Transchaco Rally. Camilo, titular de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), fiel a sus principios del socialismo e
igualitarismo, se opuso tenazmente a que se produzca "el derroche de los ricos" en medio de una realmente calamitosa y grave situación que viven compatriotas en el Chaco Paraguayo, a causa de la sequía.Sin entrar en el fondo de la cuestión, lo que sí puedo decir es que este conflicto era de esperarse una Alianza tan multicolor y variada, y Lugo era conciente de ello. Difícilmente prescinda de los actores políticos de la misma, los liberales y los izquierdistas, puesto que los liberales son su sostén parlamentarios, y los socialistas, sus cercanos en pensamiento e ideología, los propulsores de su candidatura.Lugo deberá aprender a conciliar estas posturas dentro del marco del equilibrio. Si Jaeggli promueve la libertad individual, y Camilo, la igualdad,
Lugo deberá hacer prevalecer a todo ello la gobernabilidad. Por eso, resulta llamativo que Lugo siempre en sus discursos, a la par de hablar de equidad social, también hace fuerte mención del crecimiento económico y de la promoción de la inversión extranjera. Esto fue claramente visible en su viaje a Nueva York para la Asamblea de la ONU. Invitó a capitalistas a invertir en el país, habló contra la corrupción e hizo énfasis en la política social que planteará su Gobierno; es decir, presentó una imagen simpatizante a ambas ideologías. Y no tiene otra opción, pues el ayuntamiento político que lo llevó a la Palacio de López así lo exige.
Pero más allá del discurso, el Presidente tendrá que saber enfrentar estos problemas de ideologías, para evitar un fustigamiento que trascienda a mayores entre sus aliados rivales. Dentro de todo, el equilibrio político e ideológico será lo más sano para un beneficio colectivo, porque a lo largo de la historia ha quedado fehacientemente demostrado que los extremos ideológicos nunca llevaron a buen puerto.

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