Rara vez me hubiera imaginado que se daría el contubernio colorado-liberal-luguista que se dio en las negociaciones para mesas directivas de las Cámaras del Congreso, en condiciones poco claras de un acuerdo del que no se tiene ninguna versión oficial completa.
Pero lo hecho, hecho está. Oscar González Daher y víctor Bogado, ambos colorados de extracción nicanorista, presiden las Cámaras de Senadores y de Diputados, respectivamente, ocupando las vicepresidencias liberales e izquierdistas, y dejando afuera del paquete a los colorados "castiglionistas", patriaqueridistas, liberales franquistas y quién sabe, si también los del UNACE, cuya situación finalmente en el Senado no es fácil de comprender (no ocupan cargos directivos, pero apoyaron la candidatura de González Daher, aunque en Diputados fueron absolutamente excluidos de todos los cargos).
Una conclusión a la que podemos llegar "a priori" es que nuestro Congreso es una ensalada rusa. Desde el principio de este período parlamentario 2008-2013, se supo que ningún grupo constituía mayoría por sí mismo y que sería imprescindible alcanzar acuerdos. Sin embargo, la forma en que se fueron combinando estas bancadas parecería que compite con la combinación de colores de un cubo de Rubik.
Repasemos algo:
2008
CAMARA DE DIPUTADOS: se consolida una mayoría entre los liberales (unificados) y el oviedismo, llevando a la presidencia de Diputados a Salyn Buzarquis (entonces, un luguista moderado), pero para la Vicepresidencia 1.ª, los oviedistas jugaron a dos puntas pues, aliados a los colorados, eligieron al entonces nicanorista Mario Soto Estigarribia.
SENADO: El oviedista Enrique González Quintana es electo Presidente del Senado y, por ende, del Congreso Nacional, con votos liberales, luguistas y colorados. Sin embargo, para la integración de comisiones, se fortalece la alianza oviedista-liberal.
2009
CÁMARA DE DIPUTADOS: los liberales y los oviedistas continúan el acuerdo, reeligiendo a Salyn Buzarquis al frente del cuerpo. Esta vez el pacto entre estos grupos políticos es pleno, debido al rompimiento con la ANR.
SENADO: se produce un fenómeno novedoso. Los colorados, en conflicto con el UNACE, formalizan un acuerdo sobre los 45' entre colorados (excepto dos ultranicanoristas, Rogelio Benítez y Mami Roa), patriaqueridistas, luguistas de izquierda y el liberal antiluguista Alfredo Jaeggli. Si bien no constituyeron una mayoría propia, con la aveniencia de dos liberales disgustados con el UNACE, se llevó a la presidencia del Congreso a Miguel Carrizosa y se divieron el resto de los cargos entre colorados y socialistas.
2010
CÁMARA DE DIPUTADOS: la incertidumbre es mayor, puesto que Buzarquis pidió permiso en su cargo para dedicarse a su compaña electoral y asumió en su reemplazo el diputado Ariel Oviedo, del UNACE. El liberalismo se encontraba claramente dividido en tres facciones: franquismo, llanismo y efrainismo, estas dos últimas aliadas al Gobierno. Sin embargo, a causa del disgusto con el oviedismo que hasta el momento era necesario para conformar mayoría, se dio un inusual acuerdo que llevó a Víctor Bogado, del ala dura del nicanorismo, a la presidencia de Diputados, secundado por dos liberales en la Mesa Directiva.
SENADO: el acuerdo firmado en 2009, proyectado para varios años queda hecho trizas, al no reunir los 23 votos de la mayoría absoluta, por lo cual, los colorados nicanoristas dejan de lado la posibilidad de apoyar al castiglionista Juan Darío Monges para la Presidencia del cuerpo. Para sorpresa de todos, se repite el acuerdo de la Cámara de Diputados y se lleva a la Presidencia del Senado al colorado Oscar González Daher, acompañado por un liberal y un izquierdista.
De esta manera, por primera vez desde el año 1998, dos colorados presiden las Cámaras del Congreso.
Parece una película, pero las negociaciones de Mesa Directiva en el Senado son una verdadera subasta impredecible y ni siquiera revisten mucha relevancia los cargos, salvo los casos de que el Presidente y Vicepresidente de la República abandonen sus cargos por A o B motivo y asuma la Jefatura de Estado el titular del Congreso, como ocurrió con González Macchi en 1999.
Lo que resulta más llamativo es que el coloradismo haya pactado con sus rivales más resistidos: los liberales y los izquierdistas, y que los colorados ahora electos provengan del sector más criticado del Partido: el nicanorismo. ¿O no recuerdan los liberales que para desalojar a Víctor Bogado de la presidencia de ese cuerpo es que hicieron un polémica elección con otros aliados, donde se agarraron a trompadas unos y otros y se encontró al mismo Bogado bajando la llave de la energía eléctrica?
Por eso, concuerdo con el diputado Justo Zacarías Irún, cuando decía que no quería que "cualquier colorado" llegase a la Presidencia de la Cámara, sino un buen colorado.
Este acuerdo ofende a la dignidad de los sectores políticos, pues TOM y JERRY hicieron unas supuestas paces y falsas alianzas, sin ningún fin muy provechoso, dando un oxígeno necesario a Lugo, mas omitiendo claridad y publicidad a las condiciones reales de este contubernio y las repercusiones que podría tener, en un año electoral como es éste.
Se habla de que el "paquete de acuerdos" incluye las vacancias en la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Superior de Justicia Electoral, las embajadas en países limítrofes, la elección de Fiscal General del Estado, Contralor, ingreso de Venezuela al MERCOSUR, adhesión de Paraguay a la UNASUR, acuerdos para las binacionales, etc.
No obstante, ACLARO: versión oficial y definitiva sobre esto, hasta la fecha, NO HAY.
Podría darse el caso de que el único beneficiado de todo esto es Fernando Lugo, al haber tocado de vuelta la llaga del "internismo" de los partidos tradicionales, pues tanto a nivel de coloradismo como de liberalismo, ya se habla de entreguismo, dignidad, sapos, traidores, etc.
Lo claro y concreto es que LUGUISTAS y ACÉRRIMOS ANTILUGUISTAS se encontraron un cálido y sorprendente abrazo en los pasillos del Congreso, que brinda mayor incertidumbre al escenario político que nos toca vivir.
En fin... y ahora, ¿quién podrá defendernos?
27 de junio de 2010
5 de junio de 2010
El desbloqueo de las "listas sábana" en Paraguay
El sistema electoral que nos rige en Paraguay requiere de formas que consoliden y fortalezcan la democracia. Reformas a nivel constitucional y legal.
El tema se encuentra en la "picota" actualmente, debido al estudio y próximo tratamiento en el Senado de los proyectos de ley presentados desde diversos sectores políticos a fin de desbloquear las llamadas "listas sábanas", que se utilizan para los cargos colegiados.
Para iniciar, partamos por entender cuál es el sistema electoral que nos rige, de acuerdo a la Constitución Nacional de 1992.
Al Presidente y Vicepresidente de la República se los elige en una fórmula conjunta por mayoría simple de votos (no se requiere que sea mayor al 50% de votos). A los Gobernadores departamentales e Intendentes municipales se los elige por vía unipersonal y resulta electo también el candidato que alcance mayoría simple de votos.
En cuanto a los cargos colegiados, se elige a través del sistema de "lista sábana", es decir, cerrada o bloqueada. Esto afecta a los senadores, diputados y concejales.
¿Qué significa esto?
Los partidos o movimientos políticos inscriben una lista con candidatos para cubrir la totalidad de los cargos a elegir. Por ejemplo, si el Senado se compone de 45 miembros, cada partido o movimiento presenta una lista de 45 candidatos ordenados de acuerdo a un determinado orden, que se seguirá para ir asignando los candidatos que sean electos, de acuerdo a la cantidad de votos que obtuvo la lista de candidatos. A mayor cantidad de votos, mayores candidatos de dicha lista resultarán electos, de acuerdo al orden en que se encuentran en la misma. Para determinar la cantidad de bancas que corresponderá a una lista (partido o movimiento), en Paraguay se utiliza el sistema proporcional D'Hondt, acerca del cual no voy a entrar en detalles ahora.
Esto implica que el votante solo puede elegir una lista de candidatos por la cual votar, sin poder elegir a qué senador votar individualmente.
De forma total, este sistema no se puede modificar, salvo que se reforme la Constitución Nacional.
Como paliativo a esta situación, se pretende desbloquear las listas cerradas, a fin de darle un mayor espectro de elección al votante.
El Senado tiene en sus manos tres propuestas de modificación al respecto actualmente: el proyecto Estigarribia, el proyecto Patria Querida y el proyecto Ovelar-Velázquez que, con algunos detalles de diferencia, apuntan al mismo fin.
Las propuestas buscan que, dentro de la lista cerrada que presentan los partidos o movimientos, el elector pueda modificar el orden de los candidatos en las mismas. Es decir, si el candidato de mi preferencia en una lista se encuentra en el puesto Nº 20, por tanto, con poquísimas chances de ingresar, pueda acceder por el voto popular al lugar Nº 1 de la lista.
Luego, al momento del conteo, de acuerdo a la cantidad de voto que haya tenido dicho candidato en esa lista, su posición en la misma va subiendo de número, con mayores chances de ingresar.
Esta reforma es más que necesaria. Todos sabemos que en muchas de las listas, o aquellas en las cuales votamos, siempre tenemos un candidato al cual nos interesa más elegir que otros, o más bien, hay algunos a los cuales no quisiéramos votar.
Las campañas electorales muchas veces se basan en la figura del candidato con menor chance de ser electo, cuya imagen es utilizada en volantes y afiches. Y, a la hora de la verdad, el votante nada puede para que dicho candidato ingrese, salvo movilizar una "gran masa de gente" para que dicha lista obtenga un arrasador resultado. Claro, pero para este fin tiene que "tragarse" una larga lista de candidatos desagradables.
Con el desbloqueo de las listas cerradas, si bien no se solucionará todo el problema de raíz, se cooperará con el mejoramiento de nuestro régimen electoral, pues el votante tendrá derecho a elegir al candidato de su preferencia DENTRO de una lista y aquel podrá ascender su posición en la misma y, en caso de obtener muchos votos, ser electo.
La solución final y real se lograría con una reforma aún mayor, que solo puede hacerse a nivel Constitución.
No se puede elegir a los 45 miembros de una Cámara del Congreso como es el Senado, en única vez y con una lista nacional.
Nunca podría el elector así tener conciencia de quiénes son todos los candidatos que integran su lista y votar a conciencia.
Quienes finalmente ejercen el rol legislativo son los parlamentarios electos, no los partidos o las listas. No descalifico el rol de los partidos al hacer esta afirmación, sino expresar una realidad.
Ayudaría bastante que las elecciones legislativas impliquen solo una renovación parcial del cuerpo de las Cámaras, como ocurre en la mayoría de los países.
Con las elecciones presidenciales, debería renovarse la mitad del Congreso y, a mitad del mandato presidencial, la otra mitad del Congreso.
Esto serviría para mejorar la situación de las "listas sábana", pues la cantidad de cargos a disputar sería menor, así como se utilizaría como un termómetro político de la gestión del Presidente de la República.
Vale aclarar que la situación más agravada de las listas sábana se da con la elección para los miembros de la Cámara de Senadores, pues 45 BANCAS se disputan en una ÚNICA ELECCIÓN, dándose solamente la oportunidad de elegir a una LISTA DE 45 CANDIDATOS enumerados en un orden predefinido, sin posibilidad de darle prioridad al candidato de preferencia.
La elección de diputados no sufre una situación tan similar, puesto que como se elige representantes por departamentos, los cargos a disputar son más escasos y, por ende, los candidatos también. El elector vota más por los candidatos que por la lista, en dicho caso.
Esperamos con ansias que el Congreso Nacional tenga la valentía de dar este paso al frente en beneficio del fortalecimiento de la democracia paraguaya y así tengamos un sistema de votación más justo y representativo.
El tema se encuentra en la "picota" actualmente, debido al estudio y próximo tratamiento en el Senado de los proyectos de ley presentados desde diversos sectores políticos a fin de desbloquear las llamadas "listas sábanas", que se utilizan para los cargos colegiados.
Para iniciar, partamos por entender cuál es el sistema electoral que nos rige, de acuerdo a la Constitución Nacional de 1992.
Al Presidente y Vicepresidente de la República se los elige en una fórmula conjunta por mayoría simple de votos (no se requiere que sea mayor al 50% de votos). A los Gobernadores departamentales e Intendentes municipales se los elige por vía unipersonal y resulta electo también el candidato que alcance mayoría simple de votos.
En cuanto a los cargos colegiados, se elige a través del sistema de "lista sábana", es decir, cerrada o bloqueada. Esto afecta a los senadores, diputados y concejales.
¿Qué significa esto?
Los partidos o movimientos políticos inscriben una lista con candidatos para cubrir la totalidad de los cargos a elegir. Por ejemplo, si el Senado se compone de 45 miembros, cada partido o movimiento presenta una lista de 45 candidatos ordenados de acuerdo a un determinado orden, que se seguirá para ir asignando los candidatos que sean electos, de acuerdo a la cantidad de votos que obtuvo la lista de candidatos. A mayor cantidad de votos, mayores candidatos de dicha lista resultarán electos, de acuerdo al orden en que se encuentran en la misma. Para determinar la cantidad de bancas que corresponderá a una lista (partido o movimiento), en Paraguay se utiliza el sistema proporcional D'Hondt, acerca del cual no voy a entrar en detalles ahora.
Esto implica que el votante solo puede elegir una lista de candidatos por la cual votar, sin poder elegir a qué senador votar individualmente.
De forma total, este sistema no se puede modificar, salvo que se reforme la Constitución Nacional.
Como paliativo a esta situación, se pretende desbloquear las listas cerradas, a fin de darle un mayor espectro de elección al votante.
El Senado tiene en sus manos tres propuestas de modificación al respecto actualmente: el proyecto Estigarribia, el proyecto Patria Querida y el proyecto Ovelar-Velázquez que, con algunos detalles de diferencia, apuntan al mismo fin.
Las propuestas buscan que, dentro de la lista cerrada que presentan los partidos o movimientos, el elector pueda modificar el orden de los candidatos en las mismas. Es decir, si el candidato de mi preferencia en una lista se encuentra en el puesto Nº 20, por tanto, con poquísimas chances de ingresar, pueda acceder por el voto popular al lugar Nº 1 de la lista.
Luego, al momento del conteo, de acuerdo a la cantidad de voto que haya tenido dicho candidato en esa lista, su posición en la misma va subiendo de número, con mayores chances de ingresar.
Esta reforma es más que necesaria. Todos sabemos que en muchas de las listas, o aquellas en las cuales votamos, siempre tenemos un candidato al cual nos interesa más elegir que otros, o más bien, hay algunos a los cuales no quisiéramos votar.
Las campañas electorales muchas veces se basan en la figura del candidato con menor chance de ser electo, cuya imagen es utilizada en volantes y afiches. Y, a la hora de la verdad, el votante nada puede para que dicho candidato ingrese, salvo movilizar una "gran masa de gente" para que dicha lista obtenga un arrasador resultado. Claro, pero para este fin tiene que "tragarse" una larga lista de candidatos desagradables.
Con el desbloqueo de las listas cerradas, si bien no se solucionará todo el problema de raíz, se cooperará con el mejoramiento de nuestro régimen electoral, pues el votante tendrá derecho a elegir al candidato de su preferencia DENTRO de una lista y aquel podrá ascender su posición en la misma y, en caso de obtener muchos votos, ser electo.
La solución final y real se lograría con una reforma aún mayor, que solo puede hacerse a nivel Constitución.
No se puede elegir a los 45 miembros de una Cámara del Congreso como es el Senado, en única vez y con una lista nacional.
Nunca podría el elector así tener conciencia de quiénes son todos los candidatos que integran su lista y votar a conciencia.
Quienes finalmente ejercen el rol legislativo son los parlamentarios electos, no los partidos o las listas. No descalifico el rol de los partidos al hacer esta afirmación, sino expresar una realidad.
Ayudaría bastante que las elecciones legislativas impliquen solo una renovación parcial del cuerpo de las Cámaras, como ocurre en la mayoría de los países.
Con las elecciones presidenciales, debería renovarse la mitad del Congreso y, a mitad del mandato presidencial, la otra mitad del Congreso.
Esto serviría para mejorar la situación de las "listas sábana", pues la cantidad de cargos a disputar sería menor, así como se utilizaría como un termómetro político de la gestión del Presidente de la República.
Vale aclarar que la situación más agravada de las listas sábana se da con la elección para los miembros de la Cámara de Senadores, pues 45 BANCAS se disputan en una ÚNICA ELECCIÓN, dándose solamente la oportunidad de elegir a una LISTA DE 45 CANDIDATOS enumerados en un orden predefinido, sin posibilidad de darle prioridad al candidato de preferencia.
La elección de diputados no sufre una situación tan similar, puesto que como se elige representantes por departamentos, los cargos a disputar son más escasos y, por ende, los candidatos también. El elector vota más por los candidatos que por la lista, en dicho caso.
Esperamos con ansias que el Congreso Nacional tenga la valentía de dar este paso al frente en beneficio del fortalecimiento de la democracia paraguaya y así tengamos un sistema de votación más justo y representativo.
3 de junio de 2010
El Kirchner internacional
¡Quién lo hubiera dicho!
El bravucón mandamás de la política argentina, Néstor Carlos Kirchner, ungido como referente de la diplomacia sudamericana al ser electo Secretario General de la UNASUR, organismo sin existencia jurídica real por no haber sido aprobada por los Congresos de todos sus países miembros.
Parecía un chiste o un gran show montado escucharle a Kirchner hablando como un diplomático buscador de consensos. O al menos, parecía otra persona de la que conocemos a través de sus confrontativas y polarizadas declaraciones.
Kirchner visitó Paraguay el día de ayer para reunirse con Lugo y parlamentarios paraguayos, con el fin de avanzar hacia la aprobación del Tratado constitutivo de UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas).
Se reunió con Lugo y fiel a su estilo "amigable" con la prensa, huyó de la Conferencia de Prensa en el Palacio de López, que había sido anunciada. Sin embargo, brindó declaraciones a la prensa al salir de la reunión que mantuvo en el Congreso con legisladores y el Vicepresidente de la República, Federico Franco.
A pesar de haber sido muy criticado y cuestionado con relación a su cargo, el rol de UNASUR y la influencia de Hugo Chávez en el organismo, Kirchner dijo que la reunión había sido "absolutamente positiva".
Cabe señalar que los legisladores criticaron la injerencia de Chávez en asuntos internos de los países, la carrera armamentista de los países del bloque y el rol de UNASUR como organismo alineado a dichos fines.
No sé si el Kirchner internacional tomó una aspirina o qué ocurrió, pero su serenidad y espíritu conciliador no son propios del Kirchner argentino, acostumbrados a frases que desatan la crispación.
Son más comunes en la boca de este personaje de la política argentina ahora, regional, frases como "la máquina de impedir", "la ultraderecha", "el monopolio Clarín", "partido judicial" y otras similares, para referirse a quienes son opositores y críticos al Gobierno de su esposa, Cristina Fernández.
También resultó llamativa la referencia que hizo a que oficialismo y oposición son normales en los países y la importancia de la búsqueda de los consensos para el progreso de la región.
Me pregunto: ... ¿acaso esa es la realidad que vive Argentina bajo el liderazgo político de él y su esposa?
¿Acaso Kirchner respeta a la oposición? Si cuando tuvo mayoría parlamentaria, se encargó de "ningunearla", como dicen los argentinos... y cuando la perdió, como ahora, se encarga de defenestrarla y descalificarla constantemente.
¿Qué antecedentes de diplomacia y conciliación tiene Kirchner para venir a pretender dar cátedras a los pueblos y pretender una unidad sudamericana basada en el "consenso", cuando su liderazgo político lo que menos tiene es consenso sino autoritarismo?
En síntesis, fue bastante simpático escuchar palabras tan conciliadoras de alguien como Kirchner, las cuales, para quienes conocemos su estilo, serían aptas para una ronda de chistes, o para creer que proviene de una persona distinta.
Este será, tal vez, el Kirchner internacional. Otra persona.
El bravucón mandamás de la política argentina, Néstor Carlos Kirchner, ungido como referente de la diplomacia sudamericana al ser electo Secretario General de la UNASUR, organismo sin existencia jurídica real por no haber sido aprobada por los Congresos de todos sus países miembros.
Parecía un chiste o un gran show montado escucharle a Kirchner hablando como un diplomático buscador de consensos. O al menos, parecía otra persona de la que conocemos a través de sus confrontativas y polarizadas declaraciones.
Kirchner visitó Paraguay el día de ayer para reunirse con Lugo y parlamentarios paraguayos, con el fin de avanzar hacia la aprobación del Tratado constitutivo de UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas).
Se reunió con Lugo y fiel a su estilo "amigable" con la prensa, huyó de la Conferencia de Prensa en el Palacio de López, que había sido anunciada. Sin embargo, brindó declaraciones a la prensa al salir de la reunión que mantuvo en el Congreso con legisladores y el Vicepresidente de la República, Federico Franco.
A pesar de haber sido muy criticado y cuestionado con relación a su cargo, el rol de UNASUR y la influencia de Hugo Chávez en el organismo, Kirchner dijo que la reunión había sido "absolutamente positiva".
Cabe señalar que los legisladores criticaron la injerencia de Chávez en asuntos internos de los países, la carrera armamentista de los países del bloque y el rol de UNASUR como organismo alineado a dichos fines.
No sé si el Kirchner internacional tomó una aspirina o qué ocurrió, pero su serenidad y espíritu conciliador no son propios del Kirchner argentino, acostumbrados a frases que desatan la crispación.
Son más comunes en la boca de este personaje de la política argentina ahora, regional, frases como "la máquina de impedir", "la ultraderecha", "el monopolio Clarín", "partido judicial" y otras similares, para referirse a quienes son opositores y críticos al Gobierno de su esposa, Cristina Fernández.
También resultó llamativa la referencia que hizo a que oficialismo y oposición son normales en los países y la importancia de la búsqueda de los consensos para el progreso de la región.
Me pregunto: ... ¿acaso esa es la realidad que vive Argentina bajo el liderazgo político de él y su esposa?
¿Acaso Kirchner respeta a la oposición? Si cuando tuvo mayoría parlamentaria, se encargó de "ningunearla", como dicen los argentinos... y cuando la perdió, como ahora, se encarga de defenestrarla y descalificarla constantemente.
¿Qué antecedentes de diplomacia y conciliación tiene Kirchner para venir a pretender dar cátedras a los pueblos y pretender una unidad sudamericana basada en el "consenso", cuando su liderazgo político lo que menos tiene es consenso sino autoritarismo?
En síntesis, fue bastante simpático escuchar palabras tan conciliadoras de alguien como Kirchner, las cuales, para quienes conocemos su estilo, serían aptas para una ronda de chistes, o para creer que proviene de una persona distinta.
Este será, tal vez, el Kirchner internacional. Otra persona.
2 de junio de 2010
¿La faceta "dialoguista" de Lugo?
Sería algo contradictorio criticar la falta de iniciativa de diálogo por parte de Lugo con los representantes de los principales partidos políticos del Paraguay con representación parlamentaria y, a la par, descreer de sus buenas intenciones cuando lo intenta, como ocurre desde la semana pasada, con su visita al Partido Colorado y esta semana, al UNACE, dos de los bloques más opositores a su Gobierno.
Sin embargo, opto por el beneficio de la duda, al entender que la iniciativa de diálogo no parte precisamente de una vocación democrática y búsqueda de consensos, sino por una exigencia impuesta por la necesidad de gobernabilidad que, de acuerdo a la Constitución de 1992 que nos rige, no se puede lograr sin el apoyo del Congreso.
Los congresistas dieron en los últimos meses claras señales de alarma a Lugo sobre la distancia y el desprecio que éste demostraba hacia ellos.
Lugo no puede negar que lo hizo.
Aunque no haya usado el vocablo "conspiración", como dijo a los periodistas, es verdad que acusó de ello a Lino Oviedo, del partido UNACE, y a Nicanor Duarte Frutos, ex presidente colorado.
Es verdad que en el lanzamiento de la alianza de los sectores de izquierda con miras a lss elecciones municipales, año 2009, dijo ante esa audiencia, que los partidos políticos lloraban la lecha derramada, tras la derrota del coloradismo el 20 de abril de 2008, sin especificar a qué partidos se refería y cuáles excluía.
Es verdad que dirigentes de izquierda CERCANOS a su Gobierno instaron en el acto de lanzamiento del Frente Guasu, con presencia de Lugo, a barrer con el Parlamento y colgar en la plaza pública a senadores como Jaeggli y Galaverna.
Es verdad que Lugo simpatiza con el nuevo régimen totalitario de Sudamérica, la Venezuela bajo el mando chavista, donde se cercenan las libertades políticas y se perseguen a dirigentes opositores, bajo una hegemonía absoluta de Hugo Chávez.
Por estos motivos, no se puede observar con demasiada imparcialidad e ingenuidad un llamativo y sorpresivo acercamiento del titular del Ejecutivo, acompañado de López Perito y Lilian Soto, a los partidos políticos, con la supuesta máscara de presentar un proyecto de reestructuración del Poder Ejecutivo, cuya veracidad no pongo en tela de duda.
¿Cómo se puede entender que quien dijo que los partidos políticos "lloran por la lecha derramada", se refirió a sus líderes como retrógrados y retardatarios, y haya despreciado la legitimidad de la "democracia representativa" hoy proclame que los partidos son "el baluarte de la democracia"?
Lugo sabe que necesita del apoyo parlamentario para decisiones trascendentes que no pueden seguir esperando: las vacancias en la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Superior de Justicia Electoral, las embajadas en los países del MERCOSUR, el nombramiento de Contralor General de la República y Fiscal General del Estado, próximamente, además de sus propuestas impositivas y los proyectos que necesita aprobar para llevar adelante su gestión.
Los hechos anteriores hacen dudar de la sinceridad de Lugo. En aquellas ocasiones, las palabras vertidas fueron expresión espontánea de sus íntimos pensamientos. Se sabe.
Y una reunión en el local del Partido Colorado o de UNACE no borran esos sucesos.
La oposición deberá tomar con cautela, "con pinza", este acercamiento del Ejecutivo y entablar una mesa de diálogo a fin de dar impulso a las necesidades básicas que Lugo tenga para su gestión, como ser las vacancias mencionadas, pero no debe "pecar de ingenua" al confiar demasiado en el "diálogo", pues podríamos en tal caso recordar la historia del lobo que se disfrazó de Caperucita y terminó comiendo a la abuela.
Sin embargo, opto por el beneficio de la duda, al entender que la iniciativa de diálogo no parte precisamente de una vocación democrática y búsqueda de consensos, sino por una exigencia impuesta por la necesidad de gobernabilidad que, de acuerdo a la Constitución de 1992 que nos rige, no se puede lograr sin el apoyo del Congreso.
Los congresistas dieron en los últimos meses claras señales de alarma a Lugo sobre la distancia y el desprecio que éste demostraba hacia ellos.
Lugo no puede negar que lo hizo.
Aunque no haya usado el vocablo "conspiración", como dijo a los periodistas, es verdad que acusó de ello a Lino Oviedo, del partido UNACE, y a Nicanor Duarte Frutos, ex presidente colorado.
Es verdad que en el lanzamiento de la alianza de los sectores de izquierda con miras a lss elecciones municipales, año 2009, dijo ante esa audiencia, que los partidos políticos lloraban la lecha derramada, tras la derrota del coloradismo el 20 de abril de 2008, sin especificar a qué partidos se refería y cuáles excluía.
Es verdad que dirigentes de izquierda CERCANOS a su Gobierno instaron en el acto de lanzamiento del Frente Guasu, con presencia de Lugo, a barrer con el Parlamento y colgar en la plaza pública a senadores como Jaeggli y Galaverna.
Es verdad que Lugo simpatiza con el nuevo régimen totalitario de Sudamérica, la Venezuela bajo el mando chavista, donde se cercenan las libertades políticas y se perseguen a dirigentes opositores, bajo una hegemonía absoluta de Hugo Chávez.
Por estos motivos, no se puede observar con demasiada imparcialidad e ingenuidad un llamativo y sorpresivo acercamiento del titular del Ejecutivo, acompañado de López Perito y Lilian Soto, a los partidos políticos, con la supuesta máscara de presentar un proyecto de reestructuración del Poder Ejecutivo, cuya veracidad no pongo en tela de duda.
¿Cómo se puede entender que quien dijo que los partidos políticos "lloran por la lecha derramada", se refirió a sus líderes como retrógrados y retardatarios, y haya despreciado la legitimidad de la "democracia representativa" hoy proclame que los partidos son "el baluarte de la democracia"?
Lugo sabe que necesita del apoyo parlamentario para decisiones trascendentes que no pueden seguir esperando: las vacancias en la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Superior de Justicia Electoral, las embajadas en los países del MERCOSUR, el nombramiento de Contralor General de la República y Fiscal General del Estado, próximamente, además de sus propuestas impositivas y los proyectos que necesita aprobar para llevar adelante su gestión.
Los hechos anteriores hacen dudar de la sinceridad de Lugo. En aquellas ocasiones, las palabras vertidas fueron expresión espontánea de sus íntimos pensamientos. Se sabe.
Y una reunión en el local del Partido Colorado o de UNACE no borran esos sucesos.
La oposición deberá tomar con cautela, "con pinza", este acercamiento del Ejecutivo y entablar una mesa de diálogo a fin de dar impulso a las necesidades básicas que Lugo tenga para su gestión, como ser las vacancias mencionadas, pero no debe "pecar de ingenua" al confiar demasiado en el "diálogo", pues podríamos en tal caso recordar la historia del lobo que se disfrazó de Caperucita y terminó comiendo a la abuela.
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